miércoles, 7 de abril de 2010

78) Resistir



RESISTIR

El día 5 de enero de 1937 se hace evidente que las columnas rebeldes, una vez alcanzada la carretera de La Coruña a la altura de Las Rozas, se proponen converger hacia la capital con todo su potencial. Las fuerzas de Buruaga, Barrón y Asensio, a pesar de la dureza que la lucha alcanza en algunos momentos, progresan de manera contundente.

La niebla, una vez más, va a jugar a favor de los republicanos. La ofensiva se verá retrasada por las malas condiciones climatológicas, y las Fuerzas de la Defensa aprovecharán esta circunstancia para intentar reorganizar sus quebrantadas líneas. Los informes del general Miaja definen la situación como “alarmante”, pidiéndose insistentemente refuerzos al Jefe del Ejército Centro, el general Pozas.

Con urgencia se intenta establecer una línea fuerte y consistente en el Monte de El Pardo, por si el enemigo intentase progresar a través de sus espesuras. A la vez, se proyectan diferentes acciones de ataque que puedan suponer una amenaza para los rebeldes, procurando así arrebatarles la iniciativa y neutralizar sus planes.

El trajín de tropas es intenso y vertiginoso. Los informes confusos. El enlace entre las diferentes unidades no siempre se mantiene. La situación es verdaderamente delicada.

Se organizan contraataques contra los vértices Manilla y Cristo (en Majadahonda), pero éstos no podrán llevarse a cabo. Milicias de la 38 Brigada Mixta chaquetean, varios de sus batallones huyen en desbandada, abandonando sus puestos y creando un gravísimo peligro de envolvimiento. Los mandos republicanos se desesperan intentando poner orden en el desorden. El jefe de la 8ª División, el comandante Eduardo Cuevas de la Peña, recibe la siguiente orden:

FUERZAS DE LA DEFENSA DE MADRID ESTADO MAYOR

Para el comandante Cuevas, Jefe de la Octava División:

Utilice el Batallón de Carabineros que ha sido relevado y se encuentra en Zarzuela o la Quinta para guarnecer el lindero del Monte de El Pardo, desde la carretera de La Coruña hasta el Norte en Segunda Línea, con objeto de contener cualquier retroceso que se produzca en las fuerzas de Primera Línea.

Madrid, 5 de enero de 1937 a las 2:00 h, de orden de S. E. el teniente coronel Jefe del Estado Mayor. P. O el teniente coronel Jefe Sección Operaciones.

Como podemos comprobar, no se trata sólo de resistir los ataques del enemigo, también se intenta evitar las posibles desbandadas de las tropas que defienden la primera línea.

En las horas siguientes la situación no mejorará. Sólo a lo largo de la noche, un pequeño golpe de mano en Majadahonda parece tener algún éxito. En él, se causan varias bajas al enemigo y se les arrebata diverso armamento, pero la situación general no varía.

La orden de Miaja para el 6 de enero es la de resistir a toda costa en el bosque de Remisa y en torno a la carretera de La Coruña, en el sector de El Plantío. Ese día, las tropas de Asensio y de Barrón chocarán con la desesperada resistencia republicana. Bajo la consigna de ¡No Pasarán!, hombres de la XI Brigada Internacional (Hans), de la Brigada Durán, de la 1ª de Choque (El Campesino) y de la 38 (si bien, ésta última lleva días chaqueteando) intentarán evitar la ruptura del frente.

En esa jornada de Reyes de 1937 se va a combatir con crudeza. La helada de la noche ha congelado los charcos y endurecido el barro. Las primeras luces del día van alumbrando un paisaje triste y gris. Bancos de espesa niebla aparecen aquí y allá, confundiendo las formas y creando una atmósfera con algo de irreal.

La carretera de La Coruña va surgiendo como una fantasmagoría, una especie de extraña ilusión en la que aparecen cráteres causados por la artillería, algunos vehículos desguazados, escombros y diverso material abandonado. Aquí y allá, varios cadáveres en extrañas posturas permanecen desde hace días tendidos sobre el suelo.

Aparentemente todo está tranquilo. Los defensores, parapetados entre las ruinas de los edificios, ocultos entre los árboles y las retamas, protegidos en sus improvisadas trincheras, permanecen vigilantes a cualquier movimiento. Aun no pueden ver a sus enemigos, pero saben que están allí, dispuestos para lanzarse al asalto en cualquier momento.

Toda la noche ha habido intercambio de disparos, pequeñas escaramuzas envueltas en las sombras nocturnas. El día que amanece será una nueva jornada de lucha. Un día más de ataques y contraataques, de fuego artillero y ráfagas de ametralladoras.

Los legionarios y regulares llevan horas preparados para el combate. Fusiles cargados, bombas de mano listas y bayonetas desnudas. Camuflados entre la vegetación, ocultos en los pliegues del terreno, resistiendo como pueden el frío helador de enero, esperan la orden de sus oficiales para entrar en acción.

El atronador fuego de las baterías y el chirriante sonido de los carros anuncian que el combate ha comenzado. El día 6 será largo. Las bajas de uno y otro ejército serán numerosas. Durante horas, la sangre correrá generosa entre los árboles de Remisa, frente a las construcciones de El Plantío, en las cunetas de la carretera…

En una de las órdenes, el Jefe de las Fuerzas de la Defensa escribe:

“En el día de hoy (6 de enero de 1937) ha lanzado el enemigo sobre nuestras posiciones el ataque más duro de cuantos se han desarrollado hasta la fecha.”

Una vez más, la consigna dada por el Alto Mando es la de resistir y resistir, como sea y con lo que sea.

Los defensores tienen sus altibajos. Aunque algunas tropas se mantienen firmes en sus puestos, otras flojean y chaquetean. Con todo, a los atacantes les cuesta avanzar. Sus movimientos son lentos y difíciles. Algunos milicianos huyen a la menor ocasión, pero otros muchos, aun habiendo perdido el contacto con sus unidades, se mantienen parapetados aquí y allá, disparando desde las ruinas y la vegetación. Causando numerosas bajas a un enemigo que, muchas veces, no sabe ni desde donde le disparan.

Ese mismo día, desde la misma zona de combates, el Comisario Político Félix Garizabal emite el siguiente informe al Estado Mayor de la Defensa:

INFORMACIÓN DEL COMISARIO POLÍTICO FÉLIX GARIZABAL

Batallón “El Campesino” – Puesto de Mando – Cruce Pozuelo y carretera de La Coruña

Esta mañana el enemigo intentó apoderarse de Remisa a toda costa, con tanques y con bastante fuerza, llegando incluso los tanques hasta el mismo Remisa, pero no logró su intento, siendo rechazado con grandes dificultades por nuestra parte, pero sin que el enemigo lograse tomar Remisa.

En este momento (12:30 h próximamente) nuestras tropas contraatacan, pero dice El Campesino que su gente chaquetea bastante. También dice que le haga saber al Estado Mayor que todo El Plantío está en nuestro poder, pues se ha corrido el rumor de que lo había ocupado el enemigo, y eso es inexacto. Asimismo dice que hoy no puede hacer un estadillo completo por estar las fuerzas hace unos días luchando, y que no sabe la gente que tiene, por haber tenido bastantes bajas.

El enemigo, cuando pretendió entrar en Remisa, rompió la línea por el flanco izquierdo. Se sigue luchando con gran combatividad por la parte de Remisa y El Plantío, sin que haya avanzado por ninguna de las partes.

Próximamente a las 16:00 h se causa al enemigo muchas bajas y parece ser que la operación es favorable a nosotros, y también están llegando refuerzos nuestros para seguir los ataques.
Madrid, 6 de enero de 1937, 17:00 h

El Comisario Político, Félix Garizabal

El optimismo que en algunos momentos parece transmitir este informe chocaría pronto con la cruda realidad. Los republicanos se vieron incapaces de frenar al enemigo. Antes de que termine la jornada, todo Remisa y El Plantío estarán en manos franquistas. Las fuerzas de Barrón y de Asensio acaban barriendo los obstáculos que encuentran y neutralizan los últimos puntos de resistencia del sector. A la vez, la Columna Buruaga progresa peligrosamente sobre el barrio de la Estación de Pozuelo. El Parte Oficial de Guerra del Ejército Nacional emitido la noche de aquel 6 de enero de 1937 informaba:

División Madrid: En el día de hoy continuó el brillantísimo avance de nuestras fuerzas, que ocuparon los pueblos de Las Rozas, El Plantío, la Casa de los Pinos, en Remisa, llegando en su marcha de oeste a este hasta la estación de Pozuelo de Alarcón. La resistencia enemiga, fuerte en la defensa de casas y trincheras, fue vencida por el arrojo de nuestras tropas, que hicieron al enemigo numerosísimas bajas, todavía no recontadas, y le cogieron importante material de guerra.

Con la llegada de la noche, aunque el sonido de las armas no cesa, la intensidad de los combates vuelve a disminuir. Cada ejército aprovechará la relativa calma nocturna para reorganizar sus tropas y estudiar la situación. Mañana será otro día. Una nueva jornada de órdenes y contraordenes, de movimiento de tropas, de objetivos a cumplir. Un constante fluir de metralla, de silbidos de balas y de ráfagas de ametralladoras surcando el aire en todas las direcciones.

La batalla por Madrid, trasladada ahora a su flanco oeste, tenía todavía largas y duras jornadas por delante.

JAVIER M. CALVO MARTÍNEZ


Fotografía: Milicianos parapetados en un árbol abren fuego en la carretera de La Coruña (enero 1937)

Documentación procedente del AGMA.

2 comentarios:

  1. Alejandro Fernández8 de abril de 2010, 18:50

    Hola, mi nombre es Alejandro. En primer lugar enhorabuena por tu blog, es de lo más interesante que he visto últimamente acerca de la GCE. Quisiera dejarte aquí unas líneas escritas por un gran amigo hace unos días acerca de su próxima novela. El libro transcurre, en buena parte, en Alicante, durante los últimos días de la Guerra Civil. Si te resulta interesante y quisieras publicar algo sobre esta novela házmelo saber, estoy seguro de que Manuel te facilitaría toda la información que necesitaras. De antemano, muchas gracias por tu tiempo. Me puedes contactar en el correo afcorn@gmail.com. Gracias por todo.

    A propósito de MADRE TIERRA,
    mi nueva novela a punto de aparecer

    Madre Tierra es una novela de intensas emociones, por su pulso narrativo y las ansiedades y pasiones que cobran vida en sus personajes. También es un ferviente anhelo personal. Una vieja y larga historia que he venido madurando desde hace tiempo entre hibernaciones y compulsivos trances creativos, como en esas exquisiteces culinarias sometidas a un proceso de elaboración con largos periodos de reposo, degustación y experimentación de sabores. De apariencia ambiciosa por su volumen (más de 700 páginas), es, sin embargo, una novela humilde y generosa en sí misma, pues la infinita paciencia de sus protagonistas me ha permitido escribir mientras tanto otras cuatro novelas más, algunas de ellas publicadas. Quiero decir que Madre Tierra no sólo ha sido un referente literario en los últimos siete años sino también una fuente de vida para mí, el principio y el final de un tránsito especialmente azaroso desde el día en que caí del caballo, dispuesto a abandonarlo todo por la literatura, hasta el presente. Una novela cuya elaboración me apremió como escritor en la medida en que me iba colmando como ser humano. En sus páginas habitan algunos fantasmas que me han perseguido desde hace tiempo: la autenticidad de la querencia por la tierra, la reflexión crítica sobre España, el amor como ingrediente definitivo de la reconciliación. En Madre Tierra no sólo se reconcilian los hombres y mujeres que odian; también los que aman. Uno de los personajes de Madre Tierra llega a decir que la Guerra Civil de nuestro país no empezó en 1936 sino en 1492, y sigue en nuestros días. Hace poco mantuve una larga conversación acerca de la novela con un joven e inteligente amigo que me dijo haber visto cierto paralelismo entre el pesimismo depresivo de algunos de sus protagonistas con el Movimiento Grunge, el de Nirvana y su líder Kurt Cobain, en la década de los 90 del pasado siglo; y es posible que exista esa relación: todas las rebeldías son depresivas. Madre Tierra es un grito de rebeldía. Los lectores maduros lo ahogarán en el llanto de la tristeza por la generación perdida. Para los jóvenes será una revelación, una súbita ingestión de energía y admiración por una clase de martirio que ellos desconocían. Todo en esta novela es debatible pero sincero, preocupante y al tiempo esperanzador. Hasta un personaje tan inocente como el joven periodista Ken Brighton, americano, termina contagiándose del misterio de la tragedia y decide convertirse en redentor de los problemas de un país desgarrado. En Madre Tierra nadie está conforme con lo que es, y por lo tanto con lo que hace, ni con Dios ni con el infierno. Sólo el judío sefardita Wilfred Montesza parece un hombre relativamente feliz; y es probable que lo sea porque el exilio de casi medio milenio le obliga –como a sus antepasados– a constreñir la idea de España a una imperecedera emoción nostálgica. Por eso ha ordenado plantar en su rancho de Pretoria encinas traídas de la lejana Sefarat, y pintar un gigantesco lienzo sobre la huida de los judíos desde los puertos españoles que ha colgado en una de las paredes de su biblioteca en Johannesburgo. Observa todos los días el cuadro y busca en él los orígenes de su estirpe. Y cada vez que lo hace se conmueve.
    Manuel Mira Candel

    Se prevé que MADRE TIERRA esté en las
    librerías a partir del próximo 20 de abril.
    Está editada por editorial-club-universitario.es

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  2. Hola Alejandro, bienvenido a este blog y encantado de que te resulte interesante.

    Muchas gracias por la referencia de la novela “Madre Tierra”, la presentación que hace su autor resulta muy sugerente. La necesidad de dar salida a las emociones e inquietudes personales, la reflexión crítica sobre España, el análisis de la guerra civil desde perspectivas más amplias de las que nos tienen acostumbrados… todos éstos, son temas que considero de gran importancia y que, de una manera u otra, también a mi me tienen cautivado.

    Respecto a publicar algo sobre el libro (éste o cualquier otro) en este blog, la verdad es que se saldría de la línea central del mismo y superaría mis capacidades. Pero los “Comentarios” están abiertos a cualquiera que desee hacer uso de ellos. Creo que puede ser un buen espacio para ésta, o cualquier otra cuestión que los lectores y lectoras del blog consideren oportuno.

    Un saludo y, de nuevo, gracias.

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